Volvieron, como estaba anunciado. Colgados.
Esta tarde no escampó.
Rellenos de arena y aserrín.
Para ser mis amigos, nuestros amigos y los que esperan turno, menos de mil eran muchos.
Esperanza y buenas maneras.
El último estoque.
San Francisco de Asis podrá lidiar de tabaco, oro y rosa.
pd ¡Que viva la fiesta brava!
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