miércoles, 21 de junio de 2006

ahora el Punto de Partida

parece que el nombre del premio es -y deseamos- cumpla su destino

Santiago Noel Matías Lázaro, gana ahora el primer premio en poesía del concurso 37 de la Revista Punto de Partida con In Anima Viti.

¡Felicidades!

por este y por la suma

domingo, 18 de junio de 2006

das david

por el david no podía
con sus rodillas como yo

lo alto es alto
y lo bajo Bajo de suyo

de su yo llegó
la frente impase
impronta pasó y no lo vi
y no lo vi pasar

la salvación y el perdón de él
muerte ni dádivas

domingo, 11 de junio de 2006

lunes, 5 de junio de 2006

Más que una pregunta resuelta

Hace unos meses escribí

Tarde de lluvia, pero no fría. Afición en los tendidos. Cuatro toros de Santa María de Xalpa, bravos y de buena presencia, y dos más de Barralva complicaditos y también de buena presencia. (Buena presencia es no justeza, pero nada que ronde siquiera el borde del derroche).

Ignacio Garibay ha vuelto a esta plaza y hemos podido verlo en torero. A su primero, lo ha llevado con mucho arte con el capote. Lo recibió con verónicas que auguraban un buen quehacer con la capa. Para llevar a Don Jacobo al caballo lo citó de largo. El astado acudió, pero un poco antes de llegar a la reunión se frenó. Iganacio Garibay, resolvió y reajustó la suerte. Anduvo así con él por chicuelinas de los medios al tercio, hasta dejarlo cerca del peto.

Vino después de la puya un hermoso quite por verónicas. Muy lentas, jugando los brazos con cadencia. Desplomando con suavidad en la pelvis el que va adentro, y el que no despide sino entrega, en conspiración con la cintura. El aroma, el sabor, el tiempo que se extendió en el vuelo de su capote. Alrededor de ello, de lo insoportablemente hermoso, la voz estrenduosa del verdadero ¡ole!

Birndó a todos en los medios y ahí se quedó para iniciar con la muleta muerta detrás del cuerpo. El buen astado de Santa María de Xalpa se arrancó y cerca del encuentro Nacho le marcó la salida. Así empezó una faena en la que el torero citaba de largo, echándole la muleta adelante, tratando de meter al astado en el engaño y sin necesidad de enmendar el terreno. No obstante, la buena condición que se podía apreciar del de Xalpa, no embestía confiado. Si humillaba mucho resbalaba, pero si lo hacía a media altura calomocheaba un poco. Conforme iba avanzando la faena, Nacho fue dejando de darle distancia entre tanda y tanda y comenzó citarlo ya desde muy cerca. Tal vez para seguir sacándole provecho al toro, que también se vino a menos. Don Jacobo dobló al primer descabello, y fue apludido con el arrastre. Ignacio Garibay fue llamado a saludar en el tercio.

Con Textilero, cuarto de la tarde, comenzó la lluvia. Pero esa faena con un mejor planteamiento nos detuvo con gusto en el tendido. Inició con un péndulo y se quedó ahí en los medios en donde pudo llevar muy templado al toro por el pitón derecho. Muletazos que le fueron jaleados por el público. De nueva cuenta, le daba espacio al toro, para dejar que se repusiera y volvía a ponerse a la distancia que el astado pedía. Así lo volvía a enganchar con la muleta por delante para llevarlo bien toreado. Tandas en redondo al final de la faena con mucho aguante. Preparó la suerte suprema también con lidia torera de pitó a pitón, y se entregó. Una entera en buen sitio, que partió al toro. Una oreja muy bien ganada y que paseo con alegría.

El regiomontano Alberto Espinoza confirmó la alternativa con Yegüizo de Barralva, un toro un poco áspero, que embestía con la cabeza a media altura y punteando la muleta. Anduvo siempre dispuesto tratando de sacarlo a los medios, para extraerle algunos pases a base de insistir. Sin poder acoplarse, se arrimó y trató de darle coba al toro por adentro. Le aguantó en los terrenos del toro con serenidad. Mal anduvo con la espada. Escuchó dos avisos y división de opiniones.

En su segundo, se abrió de capa con buenos destellos a la verónica. En la faena de muleta por momentos lograba encontrarle la distancia y embarcarlo de largo. Oles en el tendido por la dimensión y trazo de estos muletazos. Ranchero era uno de esos toros que iba paso a pasito, con clase, y cierto son. De esos que como dicen los toreros hay que sacarles los muletazos de uno a uno, es decir, no querer comérselos o ahogarlos. De haberse acoplado mejor con el astado, quizá dejándole la muleta en la cara para no tener que reponer el terreno, lo que conlleva aguantar, la faena hubiera sido más ligada y de mayor profundidad. De nuevo se puso pesado con la espada. Mató al noveno descabello después de varios viajes. Recibió dos avisos.

La voluntad y actitud honesta de Alberto fue valorada por el público, quien es lo llamaron a saludar en el tercio. Hambre de torero, que al salir rebotado en el segundo viaje, se incorporó para arremeter con coraje en manoletinas con entrega.

Jorge López, confirmó con el tercero de la tarde: Patrón: Un toro con clase, calidad, recorrido, que iba a todas: El mejor del encierro: Un toro bravo: un toro con casta y nobleza también. Lo recibió con verónicas sin poder salir del tercio. Primera señal de que el toro se le iría por delante. Inició la faena con doblones con los que tampoco pudo hacerse de él. Jorge nunca le pudo. No lo entendió. Lo despedía de una manera extraña. No había colocación. El toro tenía un buen tranco, iba, y el torero reponía mucho el terreno.

El que si aprendió fue el astado, que se llevó al diestro a toriles, de donde no supo sacarlo, quizá porque ni cuenta se dio cuando ya estaba en ese terreno. Por supuesto vinieron los gritos de ¡Toro!. Lo peor: mató de un infame bajonazo. Palmas al toro en el arrastre y fuertes pitos para el torero

Con el cierraplaza, Cantinillo de Barralva, no cambió el tenor del torero. El astado no era fácil, pero había toro. Jorge López tampoco pudo acoplarse. No le tomó la distancia y aburrió al toro y a la afición, que sin punto de interés para aguantar más la lluvia, empezó a buscar la salida.

En el matador Ignacio Garibay, resultó herido cuando Alberto Espinoza buscaba darle muerte al quinto. En el segundo intento de descabello el toro le derrota bruscamente, por lo que la espada con cruceta, llamada también descabello, salió volando hacia el callejón. Este chocó con la pared, pero también hirió a Ignacio Garibay que cerca de la escena observaba este menester, como director de lidia. Fue inmediatamente atendido en la enfermería por una herida de 7 centímetros en la parte trasera de la cabeza, que ameritó 5 puntadas, pero sin mayores consecuencias.

Fue ovacionado con fuerza el picador Iván Villalobos, quien aguantó la fuerte arremetida del sexto con un buen puyaso.

Ignacio Garibay: al tercio y una oreja

Alberto Espinoza: división tras dos avisos y al tercio tras dos avisos

Jorge López: pitos y pitos

sábado, 3 de junio de 2006

Don Nachito Hernández Lumbreras

Esta mañana, tarde más bien, una vez acabada la corrida de triunfadores de la Florecita, me enteré que ayer murió Don Nachito Hernández Lumbreras.

No lo conocí personalmente, pero en mi historia taurina sobre todo , tiene lugar.

A Don Nachito lo escuché y conocí como locutor comercial. Espléndido. Aunque es lugar común: de esos que ya no hay. En mis inicios en la fiesta, cuando no había parné para pagar los pasajes y las entradas para el toro, escuchaba las transmisiones de las tardes de la Mexico primordialmente, a través de la radio. Con Don Nachito no era necesario ir a cabina para los anuncios comerciales. Un hombre creativo. Un locutor. Ahí, en la cara del toro resolvía.

Anunciaba las cervezas. Hablaba de un tal Baguen, quien a la fecha no se si existe. En segundos hilaba, retomaba lo que recién había ocurrido en el ruedo, para construir el mensaje comercial.

Ay Nachito, le decían. Olé Nachito, le digo.

Olé Nachito, que ya hizo el paseíllo.

jueves, 1 de junio de 2006

el descubrimiento de René Touzet

No comprendo, me dices
cómo es que siento
este amor tan vehemente sólo por tí.

No concibes que pueda quererte
con todas las fuerzas del alma
porque tengo un pasado.

No es que quiera decir
que tú has sido
el único amor para mí
y que el beso que aún siento ardiente
ha sido el primero.

Sólo se que en la vida es preciso
saber esperar y callar
para luego alcanzar
lo que tanto anheló el corazón.

No te importe saber que mi boca
besará otra boca una vez
pues no hay huellas
ni existen recuerdos que no borres tú.

Tu cariño me ha traído un algo,
un no se qué
que no dejan que mis ojos miren
más que hacia tí.