miércoles, 14 de diciembre de 2005

Des-encuentro

[publicado originalmente en Acta Semanal, Enero 25, 2006].

LA TORICANTANA
Des-encuentro



Raigambre

Por alguna(s) razón(es) que al escribir esto, pretendo aclararme, siento que he sido timada en los dos festejos a los que he acudido esta semana.

Primero. Tenancingo, Estado de México. Plaza de Toros “Alberto Balderas” Supongo que el cartel rezaría algo como: mano a mano las dos figuras mexicanas: Eulalio López “El Zotoluco” y Rafael Ortega, lidiando a muerte un arrogante de encierro de La Guadalupana.

Es fascinante ver una tarde de toros en una plaza como esta; originalmente una alberca. Aún en el dintel de la única puerta a través de la cual se tiene acceso al ruedo está el letrero “Alberca Leobar”. No tiene callejón, así que los matadores y subalternos, deben estar guarecidos en los burladeros durante todo el festejo. No hay corrales ni toriles. Cada toro es transportado en un cajón desde la ganadería. Estos cuentan con puertas en dos de sus extremos. (para entrar y salir de ellos). Así los toros en lugar de salir desde un cajón que forma parte de la construcción de la plaza, lo hacen desde este cajón movil. Lo único que tiene que hacer el camión que los transporta es irse desplazando para que cada cajón quede en la boca de esta especie de andén o carril que recorren los toros hasta llegar al ruedo. Lo especial en esta plaza es que por ese mismo túnel salen los toreros al ruedo, los toros vivos en sus cuatro patas y posteriormente arrastrados ya muertos. Los picadores montados en sus caballos. Todo ello, torna más complicado y peligroso el desarrollo de un festejo. Ahí quizá radica lo seductor.

Los cuatro toros lidiados de buena estampa, bien presentados. En cuanto a comportamiento, fijos y nobles. Segundo y tercero se prestaron más para el lucimiento, mientras que el primero fue un toro complicado que no se entregó y el cuarto el manso del encierro.

Debo confesar que hacía mucho que no asistía a una tarde de toros en un pueblo. La corrida estaba anunciada para las 16:00 horas, pero debió haber iniciado por ahí de las 16:30. La gente no protestó el retraso. Percibí por el contrario, gusto. Creo que si la demora es intencional, puede bien justificarse, en beneficio del espectáculo. Primero por la no puntualidad que caracteriza a la gran mayoría de las personas y quizá sólo como estereotipo, aún más, fuera de las grandes urbes. Segundo, valga la expresión: para calentar el ambiente.

¿Al pueblo pan y circo? ¿La corrida de toros es sólo un pretexto? ¿Igual un palenque? ¿Cualquier show? Como aficionada, interesada en la fiesta brava, me induce a cuestionar hacia y hasta donde queremos llevarla. En otras palabras. En lo personal, no me satisface que la fiesta brava se entienda únicamente como una tarde de pachanga. Debemos –nosotros-, mostrar su historia, tradición, rito, duende; aquello que la configura su raigambre.


Cuando digo futuro

Existe un convenio entre las asociaciones de toreros mexicanos y españoles que data de 1945. Este prohíbe la actuación mayoritaria de diestros extranjeros en cualquier cartel. Dicho convenio surge en la posguerra a iniciativa de los toreros hispanos, pues en aquellos tiempos “sufrían” una invasión de toreros mexicanos. El último refrendo de este acuerdo se realizó el pasado mes de septiembre.

Este domingo se dio un cartel que incluyó dos matadores españoles de a pie, quienes lidiaron cuatro toros, un matador mexicano de a pie, que mató dos toros y un rejoneador mexicano al que le correspondió un toro. En 1990, se dieron entre otras modificaciones dos que en este momento resaltan. Se acordó que en pro de esta igualdad, se cuentan por separado las especialidades: rejoneadores y peatones. Así mismo, se adhirió a estos acuerdos que fueron refrendados este septiembre la asociación de subalternos (picadores y banderilleros).

Escenarios del probable futuro -en lo práctico. Como inicio, que los matadores asociados rompan relaciones con la de subalternos, y por ende empiecen a actuar con cuadrillas libres. Que la lista de esquiroles por hambre , sobrepase a la de asociados, y por ende la conformación de una nueva agrupación.

Por si hiciera falta: nuestra tarde de toros sólo transcurrió.

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